"Hemos generado demasiadas llegadas y no hemos tomado decisiones correctas para sentenciar, pero me voy contento con actitud y predisposición”, aseguró ayer Pep Guardiola en la rueda de prensa posterior al partido que enfrentó al Barça y al Sporting de Gijón en El Molinón y que ganaron los azulgrana por 0-1. El equipo azulgrana empezó muy enchufado y con ansias de gol. Ibrahimovic casi lo logra en el minuto 12, cuando su remate de cabeza se estrelló en el poste, y, aunque el rebote lo convirtió Piqué, los colegiados ya habían señalado fuera de juego previo.
El dominio era claro y en el minuto 29 llegó la plasmación de tal superioridad. Messi, muy astuto, sacó rápidamente una falta y pasó el esférico a Iniesta, que levantó la cabeza y colocó al espacio una asistencia muy precisa a Pedro, que definió con la izquierda delante de Juan Pablo. Era el 0-1 que supondría el marcador final, aunque eso no quiere decir que el Barça no siguiera atacando; todo lo contrario, asedió la portería asturiana, pero la falta de fortuna de los azulgrana y la dedicación de los de Manuel Preciado para no llevarse una paliza antológica dejaron el resultado final tal y como estaba en el minuto 29.
Bien es cierto que el Barça mereció golear, pero tres puntos son tres puntos y ahora toca pensar en la próxima jornada (Getafe). Aun así, Pep Guardiola destacó que esta victoria es sólo un paso más en la Liga, ya que “no hay nada sentenciado, queda una eternidad. El año pasado ya tuvimos que ir al Bernabéu a ganar el campeonato". Y quizás este año también toque, puesto que el Madrid se impuso al Deportivo de la Coruña en Riazor 18 años después, y sin su figura Cristiano Ronaldo, a la que Guti y Benzemá sustituyeron francamente bien, pues apenas se notó su ausencia en el campo, sobre todo gracias al canterano, que inventó un pase de gol para el francés espectacular, nada más y nada menos que con el tacón delante de Aranzubía. Una exquisitez.



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