¿Por qué otra vez? Últimamente, y por desgracia, las noticias sobre jugadores fallecidos o afectados por enfermedades al corazón han aumentado considerablemente en el mundo del fútbol.El tema ha vuelto a surgir tras la obligada retirada de Sergio Sánchez, defensa del Sevilla, que tiene que abandonar indefinidamente la práctica del fútbol por problemas cardiacos. Según el comunicado oficial del Sevilla, Sergio sufre una patología cardiaca por la cual se desaconseja la práctica del deporte profesional. Todo esto hace que vengan a nuestra mente las imágenes de otros futbolistas malogrados, como los recientes casos de Antonio Puerta y Daniel Jarque.
El caso del sevillista Puerta fue quizá el más mediático, ya que el jugador sufrió un desmayo en pleno partido un 27 de agosto de 2007, consecuencia de un paro cardiorespiratorio. Pese a levantarse y marcharse del campo por su propio pie, sufrió hasta 5 desmayos posteriores. Un día después, fallecía por una encefalopatía postanóxica, es decir, falta de nutrientes y oxígeno en el cerebro.
El fallecimiento de Dani Jarque es el más reciente del fútbol. El capitán perico perdería el conocimiento el 8 de agosto de 2009 en la habitación del hotel de concentración del Espanyol. Pese al rápido traslado al hospital, los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida. Una asistolia fue la causa concreta de la muerte.Otras muertes anteriores, menos conocidas por no haberse dado en España son las de De Nigris, ex del Villarreal que falleció por un mal cardiaco congénito; Marc Viven Foe, camerunés que falleció defendiendo los colores de su país en la Copa Confederaciones de 2003 por un ataque cardíaco; o Miklos Feher, jugador del Benfica de Camacho, que falleció horas después de desmayarse en el campo.
Por suerte, hay casos en los cuales el jugador consigue salvar la vida. Claro ejemplo es el del mostoleño Rubén de la Red. Este sufrió un síncope el 30 de octubre de 2008 en el campo cuando jugaba con el Real Madrid un partido de Copa frente al Real Unión. Actualmente, sigue retirado debido a que las pruebas realizadas al jugador no han arrojado datos aclaradores sobre si su corazón podrá aguantar la vida deportiva de un futbolista profesional.Desde aquí, queremos mostrarle todo el apoyo a Sergio Sánchez, para que luche y siga adelante. Deseamos que las pruebas médicas descarten cualquier problema para poder jugar al fútbol, y así no perdernos las buenas maneras de este central de 23 años, que tan buen futuro se le auguraba. Mucha suerte Sergio, esperamos volver a verte pronto en el terreno de juego.




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